En 1912 fallece el polígrafo santanderino Marcelino Menéndez Pelayo, bibliotecario de la Real Academia de la Historia desde 1889, director de la Biblioteca Nacional de España desde 1898 y desde el mismo año director de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos. Su testamento recoge la donación de su biblioteca personal a la ciudad de Santander, donación que ésta acepta, encargando la construcción de la biblioteca física al arquitecto castreño Leonardo Rucabado. Se inaugura el conjunto el año 1923, con la presencia de Alfonso XIII. Su fondo bibliográfico está cerrado. Está compuesto por más de mil manuscritos, con obra autógrafa de Quevedo o Lope de Vega, correspondencia de 17 legados de diferentes autores y 42.500 libros impresos antiguos.