Mi Biblioteca: la revista del mundo bibliotecario
Allá por el verano de 2004, en París, fue cuando Raúl Cremades-García –director de la Fundación Alonso Quijano– propuso a Conchi Jiménez-Fernández –bibliotecaria de Azuaga (Badajoz)– una iniciativa (o casi mejor, una aventura) que ante todo suponía un gran reto: crear una revista para cualquier persona interesada en el mundo de las bibliotecas. Lo que en un principio podía parecer una utópica invitación en el marco informal de una cena con conocidos en la Ciudad de la Luz, fue tomando cada vez más forma y solidez. Se empezó así a pensar en qué contenidos podría cubrir, en cómo se llamaría esa revista, en quiénes podrían colaborar… Y nos pusimos manos a la obra hasta que por fin en la primera semana de abril de 2005 vieron la luz los primeros 5.000 ejemplares del número 1 de Mi Biblioteca: la revista del mundo bibliotecario (http://www.mibiblioteca.org).
En aquel primer número, y como reportaje de portada, aparecía Borges y las bibliotecas, además de otros textos firmados por colaboradores como Eslava Galán, José Antonio Marina o los ya tristemente fallecidos José Saramago y Manuel Carrión. La revista tenía –y tiene– formato papel y una periodicidad trimestral siendo su objetivo proponer un acercamiento divulgativo y riguroso a las numerosas vertientes del sector bibliotecario. Editada por la Fundación Alonso Quijano, Premio Nacional al Fomento de la Lectura 2015 (http://www.alonsoquijano.org), la revista está siempre abierta a cualquier persona vinculada a las bibliotecas y al fomento de la lectura. La meta era dignificar la profesión bibliotecaria así como reivindicar la importancia de las bibliotecas en la sociedad actual. Para lograrlo se publican desde el primer número artículos de fondo, experiencias, entrevistas, noticias de actualidad y un sinfín de textos con los que justo en 2017 se llega ya al número 50.
Hoy, en 2017, son 12 años de historia los que tiene esta revista y en ese recorrido ha habido tiempo y espacio para todo tipo de inflexiones, satisfacciones y, cómo no, altibajos. Se mentiría si se afirmara lo contrario. Pero sí han sido 12 años llenos de ilusión, una ilusión con la que hoy se continúa trabajando en una publicación que se considera –lejos de cualquier ambición arrogante– un referente del mundo bibliotecario en nuestro país.